El concepto «Piense como una empresa» del libro «Educación financiera avanzada partiendo de cero» se basa en la idea de que las personas pueden beneficiarse enormemente si adoptan un enfoque organizativo de las finanzas personales. Pensando y comportándose como una empresa, puedes tomar el control de sus finanzas y maximizar su potencial de éxito financiero.
Para pensar como una empresa, es importante empezar por comprender los componentes básicos que la conforman: misión, visión, productos/servicios, clientes, asociaciones, estrategias de marketing y otros. También es importante comprender las metas a corto plazo y los objetivos a largo plazo. Comprender estos componentes te ayudará a gestionar mejor tus finanzas y a maximizar tu potencial de éxito financiero.
Es importante entender la diferencia entre pensar estratégicamente y pensar tácticamente. Pensar estratégicamente significa contemplar un proyecto desde una perspectiva global, determinando cómo encajará en tus objetivos a largo plazo; pensar tácticamente implica fijarse en los detalles de cómo puede ejecutarse cada paso de la manera más eficaz. Ambos son importantes para tomar decisiones con conocimiento de causa a la hora de gestionar inversiones o iniciar cualquier tipo de aventura empresarial.
Una vez comprendidos los componentes del negocio, es hora de establecer un plan financiero. Esto significa crear un presupuesto que tenga en cuenta tus ingresos, gastos y deudas. También implica crear un fondo de emergencia, ahorrar para la jubilación e invertir de forma inteligente. También debes considerar la posibilidad de establecer pagos automáticos para que las facturas importantes se paguen puntualmente cada mes. Además, debes revisar tu puntuación crediticia con regularidad para garantizar su exactitud y mantenerla en buen estado.
Es importante recordar que pensar como una empresa no significa asumir riesgos innecesarios o descuidar el sentido común. Al contrario, significa tomar decisiones con precisión y previsión; abordar cada proyecto como si midieras su valor en comparación con el de cualquier otra empresa del mercado. Con esta mentalidad, podrás comprender claramente cuál es la mejor manera de asignar los recursos y tomar decisiones financieras acertadas.
Por último, es importante hacer un seguimiento de tus progresos controlando tus finanzas con regularidad. Lleva un registro de en qué gastas el dinero y asegúrate de ajustarlo cuando sea necesario. Este concepto es vital para cualquiera que intente crear su propio patrimonio o gestionar sus finanzas de forma responsable.