Cuando hablamos de productos financieros, nos encontramos con los intereses entre sus condiciones de contratación, ya sea un préstamo personal, tarjeta de crédito, crédito hipotecario entre otros. Los intereses nos indican tanto el coste de pedir dinero prestado a las entidades financieras como la rentabilidad que nos ofrecen los productos de ahorro o inversión. El interés es el porcentaje acordado a pagar por el dinero prestado durante la vigencia de la cesión.
Por ejemplo, si contratamos un préstamo de 2.000€ al 6% (tipo de interés anual) en un plazo de un año, significa que el coste por utilizar ese dinero durante ese año será de 120 euros. Al final habremos devuelto 2.120€
Varían según sean fijos o variables, simples o compuestos, nominales o reales.
- Fijo y variable: en el caso de un interés fijo, se determina que, durante todo el periodo contratado, se aplicara el mismo tipo de interés. El interés variable, como es el caso del Euribor, significa que cambiara a lo largo de la vida de la operación y suele expresarse en distintos productos como las hipotecas.
- Simple y compuesto: El interés simple se calcula multiplicando el principal (la cantidad prestada) por el tipo y los plazos. El interés compuesto es cuando el interés se calcula no sólo sobre el principal sino también sobre los intereses acumulados anteriormente. Suele dar lugar a pagos más elevados a lo largo del tiempo debido a los efectos de la capitalización.
- Nominal o real: El tipo de interés nominal representa sólo la parte monetaria de un pago anual, sin tener en cuenta los ajustes por inflación que puedan haberse producido durante ese periodo de tiempo. El tipo equivalente tiene en cuenta la inflación y es un reflejo más exacto del coste real o del rendimiento de una inversión.
Es importante entender cómo funcionan estos tipos de interés y qué factores pueden influir en ellos. Un factor que puede afectar al tipo de interés que pagas es tu puntuación de crédito. Una puntuación crediticia más alta suele dar lugar a tipos de interés más bajos, por lo que es una buena idea vigilar la tuya. Otros aspectos, como el historial de pagos, la antigüedad del negocio y los ingresos anuales, también pueden influir a la hora de determinar el tipo de préstamo y/o el tipo de interés al que se puede optar.
Al examinar un tipo de interés, asegúrate de tener en cuenta todos los aspectos del mismo. Algunos prestamistas pueden presentar sus propias medidas de lo que denominan «costes» o «comisiones», lo que puede hacer que un préstamo parezca más barato de lo que es en realidad cuando se compara con su tipo de interés. Por eso es importante fijarse en la Tasa Anual Equivalente TAE, que calcula todos los costes en una sola cifra. También hay que tener en cuenta que la TAE puede ser diferente del tipo de interés que se anuncia. Esto se debe a que la TAE considera otros costes del préstamo. Incluso puede ser mayor que el tipo de interés anunciado si hay gastos adicionales asociados a la contratación del préstamo.
¡Te entiendo! Interpretar correctamente los tipos de interés puede ser complicado. Así que, he aquí algunos consejos que pueden ayudarte:
- Entiende cómo funciona el tipo de interés y lo que significa para tus finanzas, tanto si pides un préstamo como si inviertes.
- Ten en cuenta la letra pequeña, por ejemplo, si hay comisiones asociadas a determinados tipos de interés.
- Compara diferentes tipos de préstamos para encontrar el que mejor se adapte a tu presupuesto y necesidades. Para ello, tendrás que fijarte en la Tasa Anual Equivalente que incluye todos los costes. ¡No caigas en la trampa!
- Investiga las tendencias del mercado para saber qué tipo de interés puedes esperar en diferentes condiciones de mercado. Ahora estamos en una tendencia al alza del tipo de interés por lo que, aquello que tengan un tipo variable están viendo como a final de mes los costes son más altos.
¿Para qué sirven los intereses?
Si requerimos de financiación, podemos acceder a ella a través de préstamos o créditos, por parte de una entidad financiera, mientras que si nuestro propósito es obtener rentabilidad por ceder nuestro capital entonces podemos utilizar, por ejemplo, productos como los fondos de inversión, seguros de ahorro o cuentas remuneradas, entre otros.
Tanto si somos prestamistas (acreedores) como si somos prestatarios (deudores), es importante saber cuál es la función de los intereses en estas operaciones financieras. A continuación, te quiero explicar tres razones por las que se utilizan:
Por compensación. Cuando una parte presta su capital está renunciando a la posibilidad de utilizarlo durante el tiempo que esté vigente el préstamo. Por eso se utilizan como una contraprestación económica para compensar al acreedor.
Por devaluación. Aspectos como la inflación hacen que el dinero pierda el valor. Por ello cuando una parte presta a otra, sirven también como mecanismo para compensar la pérdida de poder adquisitivo que puede sufrir al acreedor durante el tiempo del préstamo.
Por asumir riesgos. Ofrecer intereses sirve para incentivar las inversiones. Como norma general, invertir conlleva diferentes niveles de riesgo que generan mayor o menor incertidumbre sobre la rentabilidad del dinero. Cuanto más riesgo tenga la inversión, mayor será el tipo de interés.